la transición
o el hartazgo llegarán algún día,
el mazazo
caerá de sorpresa, pese a todo,
aplastando los
remanentes,
lo que
subsista a la desventura
hasta entonces
la ceremonia
continúa:
él y ella
sostienen la comedia, la complejizan,
ensanchan la
trama de ilusiones, aspiraciones
y
malentendidos
que media
entre sus corporeidades,
acallando
más de lo que dicen
aunque hablen
todo el maldito tiempo.
los ejércitos
que arropan en la piel están
expectantes,
resueltos, determinados, encolerizados,
han alistado
a sus hombres,
han calado las
bayonetas
y sólo
esperan la orden de atacar
o el ataque del
enemigo,
lo que sea
que llegue primero,
lo que sea
que rompa con esta ficción de no estar en guerra,
el silencio
de palabras que no dicen nada,
el abrazo y
los "te quiero" que atormentan y dan alivio.
bajo las
ropas quema el deseo,
el asedio es
permanente,
la derrota
inaceptable,
la victoria,
de a ratos, una posibilidad
sin embargo,
las dudas y el decoro los retienen,
a ellos, que
han crecido de espaldas al mundo,
que no les
quedó otra
más que
agradecer no ser como el resto,
que se
toparon en el mismo refugio
escapando de
rutinas, familias y esquemas,
del agobio resultado
de sucesivos amantes incompletos,
ellos mismos
están
traicionando
el más intimo de los pactos,
empeñados en
disimular
el nombre
que llevan escrito en la frente,
maquillando
con palabras el lenguaje animal,
disimulan,
impostores, la necesidad
de abalanzarse
el uno sobre del otro, despiadadamente,
de hundir el
fuego en el fuego y multiplicarlos,
de arremeter,
de una vez
por todas,
de arremeter
y ser arremetidos,
ya sin temores
que demoren al instinto.
esta noche
es otra noche
compartiendo
la incomprensión y las soledades,
turnándose,
inconscientemente, para evitar el silencio
muriéndose
de ganas de que el otro deje entrever lo evidente,
creyendo que
algún día podrán ser más felices
que en este
momento,
con otras
personas,
en otros
lugares,
los muy
tontos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario